El pasado sábado, uno de los días más calurosos de este verano, asistí al enlace nupcial de Quique y Dori, celebrado en los jardines del salón de banquetes de boda Roquenublo, sito en la localidad valenciana de la Pobla de Farnals. Comenzamos la jornada a las 16.30 de la tarde en casa de Quique, donde volvímos a ver muchas caras conocidas, después de realizar el año pasado la boda de su hermana Gloria con Óscar (Boda de Gloria & May). Durante aproximadamente una hora estuve haciendo fotos a Quique y su familia, en medio de un ambiente jovial y distentido. Con la llegada del coche, un Rolls Royce negro, Quique se dirigió hacia el salón y yo hice lo mismo hacia casa de la novia, Dori. En casa de Dori reinaba más tranquilidad, ya que aún no habían llegado los invitados. En el domicilio se encontraban sus padres, Moisés y Adoración, su mejor amiga y también estilista Marta y su inseparable perrito Golfo. La tarde discurrió tranquila y sin prisas, realizando una extensa sesión de fotografías entre risas y bromas. Posteriormente fueron llegando más invitados hasta que cerca de las 19:30 Dori hizo su salida a la calle, momento en que el cundieron los nervios por primera vez en la boda, al avisarnos que el coche que debía conducir a la novia hasta los salones se había averiado y en su lugar enviaron una limusina. El punto de mala suerte se dió cuando la limusina se averió también a escasos metros de los salones de ceremonias. Al final todo se solucionó, y tras unos instantes de nervios por parte de los contrayentes y el resto de invitados presentes en la ceremonia, Quique recibió a Dori en el altar con un efusivo y sentido beso y abrazo. La emotividad y el sentimiento fueron la nota dominante a lo largo de la ceremonia civil. Todos los invitados quisieron dejar muestra de su afecto y cariño por la pareja. Se dieron el sí quiero sin ningún sobresalto más, hubo lágrimas de alegría en las intervenciones y lecturas emotivas de familiares y amigos, que dirigieron unas bellísimas palabras a la pareja, cargadas de amor y sentimiento, y tras esto cruzaron cogidos de la mano la alfombra roja para recibir una gratificante lluvia de pétalos y arroz por parte de todos sus invitados y amigos. Tras la ceremonia, lluvia igualmente de felicitaciones, besos y abrazos por parte de los numerosos asistentes a la misma. La noche discurrió tranquila y plácidamente y todos desearon lo mejor a la reciente pareja de esposos, llenando el cielo nocturno con una constelación de globos de fuego, pidiendo un  esperanzador y brillante futuro para la nueva pareja. Cena, regalos, sorpresas, baile, photocall y fiesta fueron el punto culminante de un día fantástico, en el que esta gran pareja cimentó su amor y selló su larga relación frente a todos sus familiares y amigos. Enhorabuena a ambos. Muy pronto veremos las imágenes que nos harán recordar este irrepetible día.